Diseño sostenible
Para el año 2030, UN-HABITAT (UNESCO), estima que 3 billones de personas, equivalente al 40% de la población mundial, necesitará acceso a una vivienda. Significa que será necesario construir 96.000 viviendas diarias para atender esta necesidad.
Existen 100 millones de homeless a nivel global. 1 de cada 4 habitantes viven en condiciones de vulnerabilidad de salud, seguridad y prosperidad. Los costos actuales de una vivienda son mayoritariamente inalcanzables para las personas de mayor necesidad. Chile se ubicó en 2020 como el 5 país entre los miembros de la OCDE, en aumento de precio de la vivienda.
Por otra parte, la industria de la construcción genera el 40% de las emisiones de Co2 a la atmósfera a nivel mundial. El cambio climático es la mayor crisis que enfrenta hoy la humanidad...
Es de absoluta urgencia que los arquitectos desarrollemos y promovamos sistemas constructivos más baratos, energéticamente eficientes y que aporten al bienestar social, como una alternativa para enfrentar los tiempos presentes sin comprometer a las generaciones futuras.
Es necesario entender que el proceso de construcción actual debe cambiar y que la responsabilidad es compartida entre cliente, arquitecto y constructor. El proceso de diseño adquiere una nueva relevancia, en que el análisis previo de las condiciones de emplazamiento y orientación, la promoción de la utilización de materiales, fuentes de energía renovables y acondicionamiento climático mediante sistemas pasivos. debe ser una obligación.





Experiencia
Como parte del equipo de Fundación Altiplano, en torno al trabajo de restauración de iglesias y acompañando a comunidades andinas en su desafío de conservación patrimonial, pudimos trabajar en prototipos de viviendas basadas en antiguos sistemas constructivos en base a materiales locales y la adecuación de los diseños a la realidad de un territorio austero en recursos. El adobe, la piedra, el tapial y la quincha de barro son sistemas vigentes que actualmente pueden responder de forma sostenible a la necesidad de habitar. La incorporación de reforzamiento estructural además de nuevas tecnologías como sistemas de energía fotovoltaicos, baños secos o sistemas de reutilización de aguas grises promueven un habitar digno para sus ocupantes.




